Si vives en una zona donde llueve te habrás dado cuenta que la mayoría de los perros odia la lluvia, ladran con los truenos o se asustan. Esto es una conducta muy común porque el sonido es amplificado y les duele las orejas que son muy sensibles. En nuestra zona generalmente lo que tenemos es una llovizna, conocida como garúa que no es fuerte pero si persitente. No obstante para lograr que la lluvia no afecte la salud de nuestros perros ni su rutina te damos algunos consejos.
• Ofrécele un lugar para resguardarse. Una casa de un material que no se moje y esté alejada de las
• Asegúrate de que el entorno se mantenga seco. Si tu amigo mejor amigo se mojó, sécalo con una toalla gruesa, puedes usar la secadora de pelo pero no frecuentemente, a fin de no resecar en demasía su piel.
• Enséñale a no temer a la lluvia. Si tu perro se pone nervioso con la lluvia sal y juega con él, demuéstrale que no pasa nada. Eso si protegido adecuadamente del clima.
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